Hace 18 años, toda una mayoría de edad, y también en Valencia, el Real Madrid conseguía su, hasta ayer, última Copa del Rey. Desde entonces, dos finales, con el sonado Centenariazo incluído y la sensación de que esta competición había quedado en segunda fila. Más fracasos que éxitos en la historia reciente blanca como las eliminaciones por equipos de 2ªB, incluída la goleada del Alcorcón la pasada campaña. Anoche, el equipo blanco tuvo la oportunidad de resarcirse, y lo hizo. Para más inri, contra el eterno rival, considerado el actual mejor equipo del mundo y que practica un juego soberbio y efectivo.
La primera parte fue una prolongación del partido de Liga en el Bernabéu. Posesión infructuosa del Barça (0 tiros en los primeros 45 minutos) y mucho orden e intensidad en el Real Madrid con un Pepe soberbio que se anticipaba una y otra vez en el centro del campo. El Real Madrid buscaba con balones largos sorprender a la defensa blaugrana ganándoles la espalda, cosa que consiguió varias veces, las pocas ocasiones de la primera parte cayeron del lado blanco, aunque con poca fortuna. Dos tiros de Cristiano Ronaldo que desbarata Pinto y la más clara, un remate de cabeza de Pepe al poste, fueron las ocasiones que tuvo el Madrid para desequilibrar el marcador. El equipo de Mourinho habría deseado que no se acabara la primera parte.
La segunda mitad cambió totalmente el color del partido. Las posesiones del equipo catalán ya tenían profundidad y el Madrid estaba más cansado. Aviso pronto Pedro con un disparo que salió rozando el palo de la portería de Casillas. En esta segunda parte, parecía que el campo estuviese inclinado hacia la portería del Madrid, ya que todos los ataques iban en esa dirección. Apareció Messi, totalmente ausente la primera mitad. Y también apareció Iker Casillas. El Santo, como muchos le apodan, sacó tres balones de gol que le pudieron costar la Copa a su equipo, destacando un tiro de Iniesta que despeja a córner con la punta de los dedos. El Madrid se defendía como gato panza arriba, quitándose balones de encima. Los últimos 5 minutos pudieron decidir este segundo clásico del lado blanco, pero Pinto, con una espectacular palomita, sacó un disparo lejano de Di María en la única aproximación de los blancos en toda la segunda mitad. El equipo de Guardiola habría deseado que no acabara esta segunda parte.
Empate a cero, y prórroga. La prórroga la afrontaron con miedo ambos equipos. El hecho de que hasta este momento solo se produjese un cambio hacía ver que ambos entrenadores estaban esperando a ver quién daba el primer paso en esta partida de ajedrez. El Barcelona dominaba el balón, pero no creaba las ocasiones que habían llegado en la segunda parte del partido. El cansancio físico había hecho mella en los dos equipos. Sin embargo, el otro protagonista de la noche Cristiano Ronaldo, que estuvo realmente desacertado durante los 90 minutos, en un alarde físico saltó por encima de Adriano y conectó un testarazo tremendo que se coló en las redes de la portería defendida por Pinto. Tras una pared entre Marcelo y Di María, el argentino puso un centro sensacional y el portugués, querido por unos, odiado por otros, desequilibró la balanza. De aquí al final, más de lo mismo. Balón para el Barça, que intentó empatar el partido pero sin conseguir esa sensación de peligro a la que nos tiene acostumbrados.
¡Enhorabuena a los Campeones!
Felicidades a tí, campeón, por este peazo de artículo.
ResponderEliminarLa verdad es que fue un partido de infarto, con la sensación de que el que marcase primero, se llevaría la copa para casa. Y así fue.
La Copa del Rey siempre ha sido un torneo de muchísima emoción, y ayer en la final llegó a su máximo expresión. Los dos mejores equipos de Europa, cara a cara, cada uno con su estilo, luchando hasta el final, y con el regalo de 30 minutos extra de partido.
Ójala las semis de la Champions sean igual de emocionantes, pero como culé número uno que soy, espero que el resultado sea distinto...
Felicidades a los merengues.